sábado, 3 de mayo de 2008

Reglas para el buen comer de los niños

Debo sentarme en silencio y ante todo agradecer a Dios; debo aguardar la comida con paciencia hasta el momento en que me sirvan. No debo rezongar ni enfurruñarme, ni mover la silla ni los platos. No debo jugar, no debo cantar, ni debo hablar inútilmente, pues los niños deben ser discretos; no debo hablar de mi comida, ni debo protestar si no me agrada. No debo decir: “el pan está duro“, “el té quema”, “qué frío está el café”, ni llenarme la boca de comida, ni toser o estornudar frente a la mesa, y mucho menos eructar. Debo pedir las cosas por favor. No debo manchar el mantel limpio, ni ensuciarme los dedos con comida, debo quedarme en mi asiento al terminar, no corretear en torno de la mesa. Debo mover la silla, al levantarme, con suma discreción, sin hacer ruido, y elevar mi corazón a Dios, elogiando este amor maravilloso. Si por alguna razón debo ausentarme de la mesa, pediré permiso a mis padres o anfitrión, con todo el respeto y cortesía debida. No olvidar bendecir los alimentos antes de comer.

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