Un electrocardiograma (llamado comúnmente EKG o ECG), es una medición de la actividad eléctrica del corazón. Colocando electrodos en lugares específicos del cuerpo (pecho, brazos y piernas), se puede obtener una representación gráfica, o trazado, de la actividad eléctrica. Los cambios en el trazado normal de un EKG pueden indicar una o más condiciones relacionadas con el corazón. Otras condiciones, que no son del corazón, también pueden causar cambios en el EKG. Para entender mejor el EKG resulta útil entender el sistema de conducción eléctrica del corazón. El sistema eléctrico del corazón: El corazón es, explicado de forma sencilla, una bomba formada por tejido muscular. Como cualquier bomba, el corazón necesita una fuente de energía para poder funcionar. La energía de bombeo del corazón proviene de un sistema intrínseco de conducción eléctrica. ¿Cómo late el corazón? El impulso eléctrico se genera en el nódulo sinusal (también llamado nódulo sinoatrial o nódulo SA), que es una pequeña masa de tejido especializado localizada en el atrio derecho (la cavidad superior derecha) del corazón. El nódulo sinusal genera periódicamente un impulso eléctrico (de 60 a 100 veces por minuto en condiciones normales). Ese estimulo eléctrico viaja a través de las vías de conducción (de forma parecida a como viaja la corriente eléctrica por los cables desde la central eléctrica hasta nuestras casas) y hace que las cavidades del corazón se contraigan y bombeen la sangre hacia fuera. Los atrios derecho e izquierdo (las 2 cavidades superiores del corazón) son estimulados en primer lugar, y se contraen durante un breve período de tiempo antes de que lo hagan los ventrículos derecho e izquierdo (las 2 cavidades inferiores del corazón). El impulso eléctrico viaja desde el nódulo sinusal hasta el nódulo atrioventricular (su acrónimo en inglés es AV), donde se para durante un breve instante, y después continúa por las vías de conducción a través del haz de His hacia los ventrículos. El haz de His se divide en la rama derecha y en la rama izquierda, para llevar el estímulo eléctrico a los dos ventrículos. En condiciones normales, mientras el impulso eléctrico se mueve por el corazón, éste se contrae entre 60 y 100 veces por minuto. Cada contracción representa un latido. Los atrios se contraen una fracción de segundo antes que los ventrículos, de esta manera la sangre que contienen se vacía en los ventrículos antes de que éstos se contraigan. En determinadas condiciones, casi todo el tejido cardiaco es capaz de iniciar un latido, o de convertirse en el marcapaso natural que comanda nuestros latidos.
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